Tenía tan pateada la ciudad, que un día dije, a que hoy salgo de mi casa con los ojos cerrados y soy capaz de llegar a la casa de una antigua novia.
Y lo hice, dos calles antes de llegar casi me atropella un coche, así que tuve que abrir los ojos. Pero aquello demostró que ya poco más tenía para ofrecerme aquella ciudad.
Y si a esto le sumas mi precaria situación económica, que ahondaba aún más la posibilidad de poder vivir cualquier tipo de sueño.
La balanza cayó estrepitosamente hacia el lado de la partida.
Hice las maletas, deje a mis padres (que ya nunca volví a ver) a mi familia, a mis amigos del alma (que ya nunca volví a tener). Y me fui.
Como el que muere y se va para no volver…
Justamente así, acabó, y comenzó mi vida.
Se abrieron las puertas de la terminal del aeropuerto Madrid - Barajas, cual útero dilatado por las contracciones. Y nací otra vez.
Lo confieso, era un bebe que ya venía con malas costumbres, no fui una adopción fácil. Pero Madrid me atrapó en sus brazos y me lo dio todo para que me convirtiera en un hombre de bien.
Aunque para nada tuve un camino fácil.
Me tocó darme un buen baño de humildad, acepte todo tipo de trabajos mal pagados, durante mis primeros años de vida no hice más que subsistir.
El único capricho que me permití en todo este tiempo fue regalarme una guitarra acústica barata que debía afinar constantemente. Por lo menos ya tenía como expresar mi rabia y soledad, ya podía escribir nuevamente canciones.
De hecho, lo único que me traje de mi antigua vida fue un cuaderno lleno de canciones que hablaban de mí, como si de un antepasado se tratara.
Y así pasaron dos o tres años hasta que la conocí a ella.
Me dijo: si vamos a tener algo juntos tienes que dejar tus vicios, centrarte, y salir adelante de una vez.
¿qué crees que hice yo? Exacto, me casé con ella.
Ahora si que llegaba la parte más chunga de mi vida, me tocó entrar en la realidad, comenzaba mi reinserción social en una sociedad que acababa de conocer.
Y empezaron las voces de mi cabeza, la voz de mi padre, de mi madre, de la sociedad en la que me había criado, etc. Y todos me decían: -Ves lo que pasa por estar perdiendo el tiempo, por no haber estudiado algo de provecho, por no escuchar a nadie, por vestirse raro, por llevar el pelo largo, por pasar todo el día con la guitarrita, por escribir canciones con letras moralmente incorrectas, por estar todo el tiempo con los vagos de tus amigos.
Aprendí que si uno no ama lo que hace, el dinero que puede llegar a ganar no importa en absoluto. Solo acumulas decepción, y frustración, y esto a su vez genera estrés, toxicidad, depresión, desencanto, humillación, desorden.
Hoy en día soy feliz, por primera vez en mi vida cogí el toro por los cuernos, deje de dedicarme a trabajos que no me aportan nada, deje de aguantar a personas que solo llenaban mi cabeza con sus miardas, deje de obedecer, y empecé a mandar en mi.
Llevo varios años ya inmerso en la Industria Musical con mi proyectos solista de Rock Independiente.
No se si es una historia intrigante, ni siquiera sé si es entretenida, pero es la mía. Y la que me llevó a superar mis miedos, a romper las ataduras de mi mente, las enseñanzas inculcadas.
Estoy en un momento de mi vida donde reivindico por encima de todo, la libertad de hacer lo que quiero...
EL TOTAL DOMINIO DE MIS DÍAS 😎